Bausses

Fue un pequeño pub que, por la cercanía con la casa de los Mckern, era frecuentado por los Sumo, en especial por Luca, quien solía ofrecer conciertos ocasionales y repentinos de manera solista. A veces también se presentaba con Ojos de Terciopelo o Sumito, otras de las bandas paralelas sin formación estable de su grupo principal. Era común que, antes de ir a tocar a alguna parte fuera de Hurlingham, los músicos pasaran por Bausses a beber algo e improvisar un show, a veces incluyendo gente del público, incrédula por tener al alcance de su mano a esos artistas conocidos que ya habían comenzado a sonar tanto en la radio como en la televisión. 

En Bausses estaban siempre los Sumo, que iban a pasar el rato en ese pub. Muchas veces era también donde se reunían para salir a tocar, no era algo que ocurría de manera religiosa, pero se los veía cotidianamente. Luca era el más habitué y te lo podías encontrar charlando con Rafa, el dueño del lugar. Ahí se armaba algún que otro acústico improvisado porque, de repente, aparecía una guitarra. Una tarde en la que andaba por ahí, Luca me dijo si quería conocer la sala de Sumo. A mí me ubicaba porque él tenía un vínculo con mi hermana mayor. De hecho, él le había regalado uno de los casetes de Corpiños en la madrugada y después ella me lo pasó a mí. Así que fuimos a la casa, que quedaba justo a una cuadra. Entramos por el portón que da a la calle donde pasan los colectivos y Luca, en inglés, le preguntó a Timmy si podía mostrarme el estudio donde estaban grabando. Era una especie de garaje y adentro había una parte en la que solamente entraban la batería de Superman y, a un costado, Diego con el bajo. Me acuerdo de que apenas tenían una consola de cuatro canales, pero con eso preparaban sus demos.

Testimonio de Mario Lastarria, baterista de S.O.K.O.L (2024)