Acá, en un viejo sótano utilizado como bodega, se improvisó lo que fue la primera sala de ensayo de Sumo. También en el patio de este lugar, para unas pocas personas, la banda realizó su primer concierto en diciembre de 1981. El debut oficial con público por fuera de su entorno más inmediato sucedió algunas semanas después en Caroline´s pub. En esta enorme edificación de estilo inglés el grupo comenzó su preparación para ingresar al floreciente circuito under. Como síntesis de ese período, en 1983, Sumo registró de manera independiente y casi artesanal Corpiños en la madrugada con Luca Prodan en voz, Germán Daffunchio en guitarra, Diego Arnedo en bajo, Roberto Pettinato en saxo y Alejandro Sokol en batería –puesto que ocupó tras el repentino regreso a Inglaterra de Stephanie Nuttall precipitado por la Guerra de Malvinas–.
Acá, en un viejo sótano utilizado como bodega, se improvisó lo que fue la primera sala de ensayo de Sumo. También en el patio de este lugar, para unas pocas personas, la banda realizó su primer concierto en diciembre de 1981. El debut oficial con público por fuera de su entorno más inmediato sucedió algunas semanas después en Caroline´s pub. En esta enorme edificación de estilo inglés el grupo comenzó su preparación para ingresar al floreciente circuito under. Como síntesis de ese período, en 1983, Sumo registró de manera independiente y casi artesanal Corpiños en la madrugada con Luca Prodan en voz, Germán Daffunchio en guitarra, Diego Arnedo en bajo, Roberto Pettinato en saxo y Alejandro Sokol en batería –puesto que ocupó tras el repentino regreso a Inglaterra de Stephanie Nuttall precipitado por la Guerra de Malvinas–.
Una película, un filme donde se veía el gran portón de doble hoja. Abriéndolo podías escuchar a lo lejos los movimientos del jardinero regando y manteniendo en buena forma los rosales y el resto del jardín que no siempre lucía impecable pero que, al menos, era más barato que un trasplante desde las afueras de Londres (…) La familia McKern, con sus hijos rubios, graciosos, apelotonándose a la mesa para la hora de la leche, saliendo de la piscina riñón, marcando la terraza con sus huellas húmedas, cruzándose con alguno de nosotros, que cada tanto subíamos para usar el teléfono o para ir al baño, formaba el rumor de escenas cotidianas que envolvía a esta cruza de ingleses, italianos y argentinos en un clima de virtud (…) Sorteando la mirada cansada del perro de la casa (…) entrabas a la pequeña casita de los Sumo, la habitación contigua al lavadero. Por momentos, podías creer que éramos algo parecido a un grupo de Kurdos que deciden tomar tu casa como centro de operaciones. (…) Durante los primeros ensayos, el sótano de la casa –sótano y bodega– parecía el sitio ideal, hasta que aquellas botellas guardadas con recelo fueron desapareciendo. Varias deben haber sido las peticiones de Timmy para evitar la ira del resto del Imperio Británico que allí cohabitaba. Por otro lado, el amor incondicional de la madre de Timmy hacia Luca –al que consideraba casi como otro hijo– hacía el resto. Una atmósfera perfecta para un grupo de rock que todavía no tenía un disco grabado.
Fragmento de Sumo por Pettinato (2012), el libro en el cual el periodista y saxofonista repasa sus experiencias como parte del grupo.
Una película, un filme donde se veía el gran portón de doble hoja. Abriéndolo podías escuchar a lo lejos los movimientos del jardinero regando y manteniendo en buena forma los rosales y el resto del jardín que no siempre lucía impecable pero que, al menos, era más barato que un trasplante desde las afueras de Londres (…) La familia McKern, con sus hijos rubios, graciosos, apelotonándose a la mesa para la hora de la leche, saliendo de la piscina riñón, marcando la terraza con sus huellas húmedas, cruzándose con alguno de nosotros, que cada tanto subíamos para usar el teléfono o para ir al baño, formaba el rumor de escenas cotidianas que envolvía a esta cruza de ingleses, italianos y argentinos en un clima de virtud (…) Sorteando la mirada cansada del perro de la casa (…) entrabas a la pequeña casita de los Sumo, la habitación contigua al lavadero. Por momentos, podías creer que éramos algo parecido a un grupo de Kurdos que deciden tomar tu casa como centro de operaciones. (…) Durante los primeros ensayos, el sótano de la casa –sótano y bodega– parecía el sitio ideal, hasta que aquellas botellas guardadas con recelo fueron desapareciendo. Varias deben haber sido las peticiones de Timmy para evitar la ira del resto del Imperio Británico que allí cohabitaba. Por otro lado, el amor incondicional de la madre de Timmy hacia Luca –al que consideraba casi como otro hijo– hacía el resto. Una atmósfera perfecta para un grupo de rock que todavía no tenía un disco grabado.
Fragmento de Sumo por Pettinato (2012), el libro en el cual el periodista y saxofonista repasa sus experiencias como parte del grupo.
Alguien me comentó que parecía que la baterista de Sumo se iba, y que iban a necesitar otro integrante, y ahí fue cuando lo conocí a Luca. Vivía en la casa de Timmy. Yo sabía cuál era esa casa de chiquito, ya que mi vieja nos llevaba, a mí y a mis hermanos a jugar a la plaza de Hurlingham. Para llegar había que pasar por esa casona que tenía un roble en la esquina y nosotros jugábamos con las bellotas de la vereda. Para mí, siempre fue mi barrio. Así fue que toqué el timbre de la casa de Timmy, porque sabía que ahí estaba el italiano que había venido de haber vivido diez años en Londres y que posiblemente estaba buscando músicos. Y bueno, así fue, se abrió el portón y apareció Luca con los ojos brillosos, una gorrita y pelo largo. Me habló en un castellano italianizado, y me dijo: “Bueno, sí, ya me hablaron de vos: dame tu teléfono”. Entonces le pasé el número de mi casa. Eso fue todo.
Testimonio de Diego Arnedo para la biografía Luca Prodan. Libertad divino tesoro de Oscar Jalil (2015)
La primera presentación de Sumo fue bastante extraña porque el público éramos las novias, la mamá de Timmy, la hermana, el propio Timmy, Inés, Enrique y Nacho Daffunchio, que también era chiquito, y nadie más. Ese era el público. Armaron todo ahí en el parque afuera. Fue raro, pero estuvo buenísimo.
Testimonio de Lila Riquelme para la biografía Luca Prodan. Libertad divino tesoro de Oscar Jalil (2015)
Corpiños en la madrugada