Club Defensores de Hurlingham

En sus instalaciones se produjeron varios recitales históricos, entre ellos, uno de los más recordados fue el brindado por Arco Iris, banda pionera del rock nacional liderada por Gustavo Santaolalla. Para los célebres carnavales organizados por el club, era común la visita de artistas consagrados como Pescado Rabioso o Serú Girán e incluso números internacionales, tal fue el caso de Jimmy Cliff, ícono de la música reggae. Los grupos famosos de Hurlingham también tocaron en este lugar. Acá hizo uno de sus pocos conciertos S.O.K.O.L y Divididos se presentó el 10 de junio de 1995, cuando estrenaron nuevo baterista, Jorge Araujo, quien reemplazaba a Federico Gil Solá. Por ese entonces, el trío atravesaba una sensible disminución de convocatoria y se preparaba para grabar Otro le travaladna, el disco sucesor del consagratorio La era de la boludez. En tanto, Las Pelotas ofreció un inolvidable concierto el 23 de diciembre de 2000 como parte de la gira presentación de Todo x un polvo, su quinto trabajo de estudio. 

A Alejandro Sokol lo conocí en 1986. Yo estaba haciendo un programa de radio en FM Triac de Hurlingham, frente a la Plaza, en un primer piso desordenado y querible, con olor a humedad y problemas para mantenerse económicamente, que Mario Ferrarese dirigía con una libertad maravillosa.
Me habían avisado de una banda que se llamaba S.O.K.O.L. y rápidamente linkié con Alejandro, baterista original de Sumo. En 1986 Sumo era Sumo, pero Alejandro no quería que se supiera de dónde venía. Quedamos para las 22 horas en la radio, para salir al aire un ratito después. La consigna era no hablar de Sumo. Alejandro estaba trabajando en una fábrica local, Schcolnik, que al tiempo cerró.
La radio no era muy ordenada, es verdad. Cuando tocaron el timbre no encontrábamos la llave por ningún lado y Alejandro entró por la ventana. Curioso ingreso.
El demo estaba bueno, mucho reggae, su voz por delante y una banda ya formada que cambió de nombre para incorporarlo a Sokol de frontman, de puro coraje. Tenían un tema llamado “Call My Name”, que después junto a Germán Daffunchio llamaron “Astroboy”, era la misma letra, pero la música era diferente, era liviana, alegre.
Enseguida salió la idea de organizar unos shows en el club Defensores de Hurlingham, junto a algunos grupos locales y a otros programas de la radio. No había un mango de por medio para nadie, pero había ganas.
Cuando llegó la noche del evento, vimos un público no habitual, era un público familiar, bien vestidos, bien arreglados, padres con hijos, era raro para un show. Después caímos en la cuenta que eran sus compañeros de iglesia, que iban a ver a su compañero que cantaba en un grupo. Alejandro abría los ojos grandotes y estaba muy feliz, se pasó el show saludando a sus amigos desde el escenario. Impecable concierto.

Testimonio de Horacio “Pollo” Magnacco para el El Intruso (2009)