Mata Violeta con Las Pelotas

En medio de la calle, a una cuadra de la unidad básica propiedad de los Biagio  –la familia dueña de una de las tiendas de artículos para el hogar más importantes y emblemáticas de Hurlingham– se llevó a cabo la primera presentación multitudinaria de Las Pelotas, que recientemente había lanzado su primer álbum Corderos en la noche, y el promisorio debut de Mata Violeta, una banda íntegramente de mujeres, formada por la baterista Karina Tamburini, la guitarrista Érica García y la bajista Nancy González –más tarde reemplazada por Flopa Lestani–. Este grupo grabó “Bola de lomo”, un disco producido artísticamente por Ricardo Mollo, pero que, sin embargo, finalmente nunca fue editado. Aunque el proyecto duró poco menos que un lustro, con el tiempo y a fuerza de canciones memorables con decidida actitud punk, Mata Violeta se volvió toda una banda de culto. 

El evento, al aire libre y con entrada gratuita, se realizó el domingo 17 de noviembre de 1991. Para promocionar el recital, hasta el propio Sokol salió a pegar afiches con engrudo por las paredes del barrio. Pepe Luis fue otro de los colaboradores e incluso Arnedo se sumó a la pegatina. La modesta publicidad había sido efectiva: más de mil personas se acercaron al festival. El escenario se montó sobre el acoplado de un camión en la puerta del local partidario y las bandas que participaron fueron Duende Callejero, Los Gallos Negros, Mata Violeta, y Las Pelotas, que cerraron la fecha. Para los bises, se sumaron Diego y Ricardo. Casi todo Sumo incendió las almas de aquellos testigos privilegiados. Al terminar el concierto, mientras en un costado Lila Riquelme vendía remeras pintadas a mano y casetes de Corderos en la noche, Pepe Luis se acercó al sonidista y le dio una grabación –que, dicen, llevaba siempre en el bolsillo de su camisa– para que musicalizara la desconcentración del público. Lo que salió por los parlantes desconcertó a la gente porque se trataba de una inédita versión de “Cambalache”, el famoso tango de Enrique Santos Discépolo, interpretado por Luca Prodan. Aunque fueron más personas que las previstas y la policía exageró con la cantidad de efectivos que envió para garantizar la seguridad, la jornada se desarrolló en paz.

Fragmento de Alejandro Sokol. El cazador de Isaac Castro (2020)

De alguna manera, había que tocar por primera vez y ahí se me ocurrió la idea de hacer un festival. Me decían que estaba loca, pero yo estaba segura de que lo podíamos organizar. En la sala, les conté mi propuesta a Germán y a Alejandro, y les pregunté si ellos iban a tocar. Y aceptaron. Como siempre me interesó la política y conocía gente del ámbito, hablé con uno de los Biagio, que tenía una unidad básica debajo de su comercio, y le pedí permiso para hacer la movida sobre la calle Necochea, a una cuadra de Roca.

Testimonio de Nancy González, bajista de Mata Violeta.

Los 90, en el under, eran muy viscerales. Solo nos interesaba tocar, la idea de grabar y ser una banda seria siempre la dejábamos lejos. No era como ahora que grabas un tema en tu teléfono, lo subís a Spotify y ya vivís de eso. Antes todo costaba muchas horas sangre. Las Pelotas era nuestra banda más cercana y además de que debutamos teloneándolos en ese festival en el que nosotras los invitamos a ellos, siempre me encantaron, de hecho [ir a un show suyo] fue la primera salida que tuve con Mollo antes de ponernos en pareja. Los fuimos a ver a Medio Mundo Varieté, un antro sobre la calle Corrientes, donde habría cincuenta personas porque más no entraban. Una vez en Cemento, no sé por qué, me vistieron de paisana y me hicieron bailar un tema con ellos. Era un baile totalmente gracioso y con Sokol parecíamos dos monigotes.

Testimonio de Érica García, guitarrista y cantante de Mata Violeta.